domingo, diciembre 13, 2015

Desde la sala cósmica: poemas de Cristhian Monti.


EL CAMINO DE LA LIEBRE (fragmentos)

16.

Nos acercamos al único árbol que 
reverdece entre otros sin hojas,
al llegar sólo queda un esqueleto 

de ramas desnudas.
Cientos de loros cambian el 
color del cielo,
alejándose de nosotros. 



20.

Un reflector descubre 
la forma de dos orejas 
asomando de una galera de yuyos,
captan
el sonido que hace el seguro
al ser quitado,
en segundos una jauría aparece 

dan rodeos en la oscuridad,
se encuentran con bebé de plástico 

montado sobre un pony,
trucos de la liebre. 



27.
Los búhos son indicadores, 
sugestionan a los que ingresan. 
El tiempo real
no admite más autoridad
que la sensatez animal.


28.

Las marcas de unos neumáticos 
tatúan el asfalto y se pierden
en el pasto.
Es pasto desaparece en las rocas. 

Sobre una piedra
se nutre,
al sol,
una iguana.
Ya en el camino 

de la liebre,
de los humanos sólo quedan restos 
y un coche destartalado. 


*


COMPROMETIDO EN HECHOS INSIGNIFICANTES

Esos conejos muertos al costado de la ruta
son una imagen tierna y cruel en la misma intensidad. 

El chiste revive, deja pasar
tranquila la distancia,
se vuelve eficaz en la congoja.


Vacas pastando, vacas en el corral, 
entre los árboles, subidas a una 
montaña de pelecho de arroz.

Un auto quemado bajo los algarrobos. 
De un alambrado cuelgan tazas de ruedas 
pero nosotros zafamos ese bache, 
seguimos intactos en el camino.

Camiones cargados de vacas que ven,
desde la cinta asfáltica, vacas con crías
junto a un tajamar, y el camino se llena de pozos. 

Quiero llegar y hundir la cara en tus pelos dorados.

Siempre se sienten raros
los sitios donde se encuentran las respuestas.


Lo sintético no agarra viaje.

*

SUBMARINO

En un Fiat 600
queman lo último que queda, 

aguantando el humo
sin respirar
por diez cuadras.
La felicidad no se administra, 

dice uno,
y cierra las ventanillas
en el fin del verano. 



*

CARGADO DE PEONES RURALES 
pasa un camión.
El camino se sacude el polvo
que al desprenderse se eleva,

matiza el brillo lunático
que se pega a los restos óseos
de animales de cuatro patas.
Se ramifica una luz y me muestra 

el camino de tierra
que conduce al pueblo.
El nombre está en un cartel
y al lado la distancia.


Unos cuantos pasos
de la casa al río
Otros tantos
del río a la pintura.
De la pintura a la pizza 

apenas un movimiento. 
Un corto paseo
de la comida a la música. 
Fuimos a La Luna
donde el hombre nunca llegó 

pero dejó una famosa pisada. 
Todo estaba listo,
se habían unido los eslabones. 


Brindamos por lo extraño 
chocando las latas
y antes del primer trago
la espuma apareció por el huequito.


Desde la sala cósmica avisaron 
que
Encontramos lo inusual 

donde estamos siempre.


Cristhian Monti (Entre Ríos, 1978)
Tomados de: El camino de la liebre (2014, Ed. Ivan Rosado, Rosario)